(...) Y en el sexto día Diós creó el hombre. Miles millones años después el hombre creó la internet, los blogs y el orkut y el hombre creó a si mismo en la internet. Nadie tuvo paz desde entonces...

martes, 26 de agosto de 2008

Verás (Madonna)


Tú piensas que yo no podré vivir sin ti.
Tú piensas no podré sobrevivir.
Que nada me queda, si no estás junto a mí.
Verás que no es así.

Tú piensas que jamás seré feliz sin ti.
Que destruíste al fin mi corazón.
Que no voy a descubrir la forma de volver atrás sin ti.
Yo sé que sí.

Ya lo verás.
No necesito a nadie más.
Podré resistir, voy a poder seguir.
Lo haré por mí, será mi glória personal.
Nadie, ni tú, me la podrá quitar.
Verás.

Acepta la verdad no lloraré por ti.
Yo sé que así será, podré salir.
Voy a saltar sin red y no voy a caer.
Será mejor sin ti.

Ya lo verás
No necesito a nadie más.
Podré resistir, voy a poder seguir.
Lo haré por mí, será mi glória personal.
Nadie, ni tú, me la podrá quitar.

Verás. Verás. Verás...

Datos personales

Me gustaría publicar en "New York Times" quién soy yo. Tatuar en el brazo de Madonna mi identidad secreta. Entallar en la moldura de Monalisa el nombre de mi amor prohibido. Me gustaría aún, gritar de la cumbre de la torre Eiffel cosas que nadie sabe sobre mí o garabatear en el muro de Berlín cosas sobre mí que yo no diría ni a mi propia sombra. Ese soy yo: intrincado, inexplicable, duro. Pero yo también sé ser dulce y amable. Soy un ángel cuando quiero serlo. Soy casi un de estes santos que los artistas de los siglos XVIII y XIX tendrían dibujado en sus iglesias barrocas de Latinoamérica. Soy el dulce duro, el ángel al revés. No soy guapo, pero tampoco soy feo a punto de quedarme siempre sólo. No soy inteligente, pero nunca he desaprobado en la escuela. No soy el mejor, ni tampoco el peor. No soy rico (aunque me gustaría muchísimo serlo), pero nunca tuve que pedir limosnas en las calles. No hablo bien, no escribo bien, no sé conducir, no sé cocinar y no conozco a nadie famoso. No he leído Don Quijote, no sé cuál es la capital de Bolivia... Ese soy yo, por lo menos el “yo” que conozco, pero nunca se puede decir que se conoce a alguién verdaderamente